Genghis Khan
Actualizado: 18 sept 2022
A lo largo de la historia ha habido militares y estrategas brillantes, lo que diferencia a Genghis Khan es el hecho de que no perdió jamás una batalla; murió a la edad de 65 años, en el apogeo de sus victorias y con un vasto imperio que se extendía desde el mar Caspio hasta el mar de Japón —el doble del tamaño del Imperio Romano—, incluía casi todo el mundo conocido y a más de la mitad de las personas que lo poblaban. Y claro, aquí podrían objetar que Alejandro Magno, en tan solo trece años, dio inicio al período helenístico, cambiando por completo la estructura política y cultural al subyugar el imperio aqueménida, o bien, mencionar que Julio César sometió al magnífico Vercingétorix y, por ende, a la totalidad de los pueblos celtas, siendo el primer general romano en penetrar las inexploradas tierras de Britania y Germania; mas ellos gozaron de esos triunfos, en gran parte, debido a sus precursores, que habían creado y perfeccionado la legión romana y la falange macedonia; Genghis Khan fue el único responsable de sus victorias.

Genghis Khan significa «Soberano Poderosísimo», él mismo se dio ese nombre, el suyo era Temujin. Se cuenta que desde una edad muy temprana ya parecía un hombre por su estatura, su fuerza y su temple enérgico.
A la edad de nueve años lo prometieron en matrimonio con la hija del jefe de una tribu vecina y fue trasladado a vivir con ellos. Cuatro años después, mientras volvía a casa, su padre falleció —envenenado por los tártaros—, y su tribu le dio la espalda a él y a toda su familia, incluso los persiguieron y atraparon. Una noche, Temujin derribó a su captor y escapó. Fue perseguido durante años, tiempo en el que fue ganando seguidores leales, dentro de los que se incluían los antiguos súbditos de su padre.
Un día la tribu Merkit capturó a su esposa, y Toghrul, el khan de la tribu Kerait, le prestó 20.000 hombres. Temujin no sólo rescató a su esposa, sino que derrotó completamente a los merkits y los puso bajo su control, convirtiéndose en khan, por derecho propio, antes de los veinte años.
El joven khan rompió con la tradición mongola y fue incorporando sus conquistas a su creciente imperio, en lugar de saquearlas y destruirlas; también creó nuevas leyes, como la Yassa, en la cual prometía a los soldados un pago justo, prohibía el robo y el saqueo de cualquier tipo, y brindaba protección y libertad religiosa para todas las tribus conquistadas. Esas innovaciones políticas le generaron una profunda lealtad y unificación del imperio.
Temujin tenía un primo llamado Yamuga, con el cual, en los días de adversidad, había dormido bajo la misma manta y había repartido fraternalmente los pocos alimentos de los que disponía. Sin embargo, Yamuga no estaba conforme con su papel de subordinado y reunió sus propios seguidores. Los primos se enfrentaron en batalla pero Yamuga fue hecho prisionero por las tropas de Temujin, quien ordenó su estrangulación.
Toghrul, quien había sido gran amigo de su padre y protegió a Temujin durante los años que fue perseguido, se mostraba reacio en acatar la jefatura del jovenzuelo. Temujin también ordenó su muerte.
A pesar de estas y más traiciones y conspiraciones, Temujin doblegó a todas las tribus nómadas de Mongolia para el año 1206, lo que lo convirtió en el primero en lograrlo. Es aquí donde se nombra «Genghis Khan».

Tras unificar Mongolia, volcó su atención en las provincias aledañas. En 1209 consiguió la rendición de las provincias Xia y, poco después, en 1211, concluyó la conquista de la Dinastía Jin. Ulteriormente, se lanzó en contra del imperio kanato de los kitai, extendiendo su dominio hasta Persia. Al llegar a las vecindades del imperio Khwarezmia, en vez de conquistar, ofreció una alianza política y envió una caravana comercial de 500 hombres a la capital, con la esperanza de crear un fuerte socio comercial a través de la ruta de la seda. Sin embargo, el Sah de Khwarezmia desconfiaba del joven líder y asesinó a todos sus hombres. En un nuevo intento, Genghis envió a un grupo de embajadores directamente hasta el Sah, quien respondió al gesto con la decapitación de uno de ellos. Ultrajado, Genghis reunió a 200.000 hombres y supervisó personalmente la cruenta caída del Imperio de Khwarezmia. En 1220, inmediatamente después de su éxito, capturó otras muchas regiones en su camino de vuelta a Mongolia, incluidas Georgia, Afganistán y el resto de posesiones occidentales de los Xia.
Genghis Khan vencía en todas partes, ¿por qué? Él era un hombre de indomable voluntad, de tanta robustez física como energía de carácter, pero su genuina grandeza se constituye debido a algo más profundo: omitir las tradiciones. Se encaraba resuelta y decididamente con los problemas, planteándolos y resolviéndolos de una manera completamente nueva. Poseía la habilidad de utilizar todos los medios, técnicas, armas y recursos conocidos, adoptándolos con minuciosa precisión a sus objetivos concretos. Estudiaba concienzudamente la geografía, la política y a los habitantes del país enemigo. Su increíble ingenio, aunado a una nación criada exclusivamente para pelear —los jinetes eran capaces de pasear sobre sus cabalgaduras un día y una noche enteros, dormían sobre la nieve si era necesario y avanzaban con igual ímpetu cuando comían que cuando no probaban bocado; desde niños se les enseñaba a pelear y a utilizar el arco—, fue lo que lo llevó a la grandeza.

Al envejecer, quién lo sucedería era un tema con bastante polémica. De su hijo mayor, Jochi, se desconfiaba, pues había quienes pensaban que era fruto de la captura de su mujer y, por ende, se negaban a seguirlo. En 1226 fallece Jochi de manera misteriosa —según algunos, el propio Genghis ordenó envenenarlo—, entonces su hijo mediano, Ogedei, fue nombrado sucesor.
En 1227 fallece Genghis Khan de manera incierta, pues algunos dicen que se cayó del caballo durante una batalla contra el pueblo tangut; otros sostienen que cayó presa de una larga enfermedad; incluso se afirma que fue una princesa tangut capturada quien lo mató con algún tipo de proto-alicate.
Independientemente de cómo fue su muerte, Genghis Khan fue enterrado finalmente en una tumba sin nombre, tal como deseó, en alguna locación guardada celosamente por la familia.
Sus sucesores dominaron toda Asia, penetraron aún más en Europa y derrotaron a húngaros, polacos y alemanes. Durante el reinado de Kublai Khan, nieto de Genghis, florecía aún invicto el poderío de los mongoles.
Su imperio, sin embargo, decayó en las torpes manos de los descendientes de Kublai. Hoy los mongoles no son más que un haz insignificante de tribus nómadas, y Karakorum, la capital del Imperio Mongol, yace sepultada bajo las arenas del desierto Gobi, incluso su nombre fue borrado de la memoria colectiva.