Simone de Beauvoir
Actualizado: 18 sept 2022

Pensadora y novelista francesa, intelectual comprometida, ganadora del Premio Goncourt, fundadora de la Liga de los Derechos de la Mujer y de la revista Tiempos modernos —junto con eminencias existencialistas, como Sartre y Camus— y promovió la verdadera liberación de la mujer. Simone de Beauvoir dio un giro completo al pensamiento mundial del siglo XX.
Ella nació en París, en una familia burguesa de moral cristiana muy estricta. Desde muy temprana edad destacó por sus habilidades intelectuales, rebelándose en la adolescencia en contra de la fe familiar, puesto que consideraba que la religión era una manera de subyugar al humano. Su padre le repetía lo mucho que le dolía no haber tenido un varón. Él odiaba, quizá inconscientemente, la condición femenina de sus dos hijas. Es gracias a éste amargo recuerdo familiar que nace su rebeldía y una imperante necesidad de mostrarle al mundo que una mujer también tiene derecho a pensar, a desear y a vivir.
De Beauvoir desarrolla el concepto de «Heterodesignación», en el cual considera que todas las mujeres comparten una situación común: el que los hombres les imponemos que no asuman su existencia como sujetos, sino que se identifiquen con la proyección de nuestros deseos. Es así como las mujeres terminan actuando por y para la mirada masculina y, por ende, siendo educadas para ocuparse de las tareas domésticas, con actitud servicial y abnegada, mientras que los hombres somos educados como sujetos independientes. Como ejemplo más que ilustrativo, tenemos las películas y juguetes de hoy en día, en donde las niñas juegan a ser mamás y/o son princesas que necesitan de un noble caballero que las rescate. Esto es lo que ella define como «Alteridad», diciendo que no se nace mujer, sino que se llega a serlo —no hay una esencia femenina, la cultura las hace así.

Su libro El segundo sexo se considera como la biblia del feminismo, pues su aparición conformó la mal-llamada segunda ola de éste —"mal-llamada" si consideramos el protofeminismo, que se dio a finales de la Baja Edad Media, gracias al movimiento Dolce Stil Nuovo o «Amor cortés»—; fue duramente criticado por la derecha francesa, ya que menoscaba las instituciones tradicionales como la familia, las relaciones de pareja y la maternidad. La Iglesia Católica colocó sus obras en el índice de publicaciones prohibidas. En este libro afirma que la lucha de género es paralela a la lucha de clases. Hoy las ideas fundamentales de este libro son aceptadas por millones de personas, sus principios han sido incorporados a las políticas de igualdad europea y han dado lugar a los estudios de género de múltiples instituciones.
En su obra se halla gran influencia marxista, incluso predicaba el comunismo, lo que la llevó a visitar los países en donde éste había triunfado, tomándose varias fotografías con el Ché, con Mao Tsé-Tung y con Fidel Castro.

De Beauvoir despreciaba a las mujeres por su incapacidad de independencia del hombre, lo cual la lleva a abordar más a fondo el tema de la opresión a la mujer, concretando una analogía con la «Dialéctica del amo y el esclavo» hegeliana. Según ella, la mujer, como el esclavo, mantiene una relación asimétrica con el hombre, el amo. La vida del esclavo depende de las decisiones del amo, por eso pregona que la emancipación económica es la clave para la liberación de la mujer.
Para De Beauvoir, la sociedad patriarcal es la que oprime a la mujer, llevándola a ser alguien que no trasciende —considerando al patriarcado como el sistema de dominación básico sobre el cual se erigen todos los demás sistemas de dominación: raza, clase social y religión. Consecuentemente, no puede haber verdadera liberación —de cualquier grupo— si no se derroca al patriarcado, de manera que propone cambiar el papel tanto de la mujer como del hombre y conseguir una sociedad en donde ningún sexo se oprima y ambos sean libres, puesto que el papel del hombre, así como el de la mujer, es una construcción social.
Para ella el escribir se transformó en su proyecto esencial, ya que fue el medio para comprender el mundo y contarlo: «Escribir permite recrear experiencias imaginarias tan inquietantes como las experiencias vividas». A través de la escritura expresa su proceso de construcción como persona, desde la juventud hasta la vejez.

La filósofa vivía de acuerdo a sus ideas: la libertad como principio en cualquier relación humana, puesto que no estaba casada con su pareja —Sartre, al cual conoció desde los 21 años—, jamás vivieron juntos ni quisieron tener hijos, e incluso profesaban la poligamia, convirtiéndose en una de las parejas más polémicas del siglo XX. La carrera de De Beauvoir se vio truncada al ser denunciada por la madre de una chica con la cual mantenía relaciones.
Estuvieron juntos hasta la muerte de Sarte, 51 años después de conocerse. Un año después, De Beauvoir escribe La ceremonia del adiós, en donde relata los últimos diez años de vida con su compañero sentimental, culminando con la frase «Su muerte nos separa. Mi muerte no nos reunirá. Así es; ya es demasiado bello que nuestras vidas hayan podido juntarse durante tanto tiempo».
Simone de Beauvoir fallece el 14 de abril de 1986, a la edad de 78 años; fue enterrada en el cementerio de Montparnasse, junto a su amante Sartre, dejándonos un legado que, como bien describe Carlos Mayoral: «todavía hoy resuenan los ecos de su libertad de pensamiento, el legado de la gran musa del feminismo. El grito de una pluma que, por mucho que lo intentaron, no consiguieron callar».