Desobediencia civil
Actualizado: 18 sept 2022

Henry David Thoreau fue un poeta, filósofo y uno de los padres fundadores de la literatura estadounidense, además de ser de los primeros defensores de la conservación de los recursos naturales, detractor del especismo —prefería una dieta vegetariana a una carnívora—, pero sobre todo fue un pacifista reivindicador de los derechos de grupos marginados gracias a su ensayo Desobediencia civil, pues le enfermaba tanto el racismo como la esclavitud.
En su ensayo, Thoreau llama a la desobediencia civil "el no acatamiento de aquellas leyes consideradas contrarias a la justicia", descubriendo su posición profundamente individualista y antiestatista, además de explicar claramente el porqué no deberíamos cooperar con el Estado: si consideramos al aparato estatal como un edificio asentado en la injusticia —lo cual es cierto—, ¿cómo podemos vivir conforme a sus reglas e imposiciones? La idea central en la filosofía de Thoreau es que nadie tiene derecho a someter a otros individuos para el beneficio propio, y el Estado justifica injusticias día con día porque la misma actividad está regulada por la ley, ya que las leyes acogen los intereses de los grupos más poderosos:
«¿Debe el ciudadano someter su conciencia al legislador por un solo instante, aunque sea en la mínima medida? Entonces, ¿para qué tiene cada hombre su conciencia? Lo deseable no es cultivar el respeto por la ley, sino por la justicia. La única obligación que tengo derecho a asumir es la de hacer en cada momento lo que crea justo [...]. La ley nunca hizo a los hombres más justos y, debido al respeto que les infunde, incluso los bienintencionados se convierten a diario en agentes de la justicia.»
Mas esperar que haya cambios por parte de los gobernantes, cuando los principios morales no predominan en la misma sociedad civil, es como esperar que llueva oro Y EN ÉPOCAS DE SEQUÍA. Sonará a cliché eso de "el cambio comienza por uno" pero es cierto, no puede haber cambios de ningún tipo si no se comienza por algún lado. Thoreau decía que no se enfrentaba con enemigos lejanos, sino con los que tenía de cerca y apoyaban las causas injustas, y que lo importante no es que la mayoría persiga el cambio, sino que exista cierta bondad absoluta en un espacio, por más reducido que sea, y vaya floreciendo cual campo de flores en primavera. «Miles de personas están, en teoría, en contra de la esclavitud y la guerra, pero de hecho no hacen nada por acabar con ellas.»
La repercusión del texto fue bastante grande, incluso me atrevería a afirmar que actualmente careceríamos de muchísimos derechos sin él. Es bien sabido que era el libro de cabecera de Gandhi en su campaña de resistencia contra la ocupación británica de la India, así como fue una gran influencia en la lucha pacifista antidiscriminación de la población negra de Martin Luther King Jr., también llegó a influir en el pensamiento de grandes personajes históricos como Nelson Mandela y León Tolstói. Thoureau no ha cambiado a la sociedad solamente al reivindicar derechos, sino que inspiró movimientos como la objeción fiscal —oponerse al pago de impuestos debido a un desacuerdo con los fines para los cuales se utilizará dicho dinero—, objeción de conciencia contra el militarismo y sus guerras injustificadas, movimientos ciudadanos y, básicamente, luchas y luchas contra poderes abusivos. Él mismo fue encarcelado en 1846 por oponerse a pagar seis años de impuestos atrasados —los impuestos en esos años se utilizaban para financiar la guerra contra México y la esclavitud. Esa experiencia lo marcó para bien, pues comenzó a dar conferencias sobre Los derechos y deberes del individuo en relación con el gobierno, del material de dichas conferencias es de donde escribe su ensayo, primeramente llamado Resistencia al gobierno civil. Las ideas centrales del libro son claras: el gobierno no debe tener más poder del que los ciudadanos estén dispuestos a concederle, llegando al punto de proponer abolir el gobierno. La idea más célebre del autor es ser individuos primeros y luego pasar a ser ciudadanos. Por lo tanto, al proponer una iniciativa tan radical, el equilibrio de la entidad llamada "sociedad" peligra y su funcionamiento como fuerza de control se ve en peligro.
Thoreau tenía muy claro que la Justicia está por encima de la Ley: la justicia es un valor moral y constante, mientras que la ley es una norma transitoria. Por ello no dudó en apoyar todas aquellas acciones en el límite de lo legal o directamente ilegales que buscaban una mejora en las condiciones sociales y en la vida cotidiana de las personas.
Y el problema no es propio a la relación gobernante-gobernado o asalariante-asalariado, no nos basta con abusar de nuestros hermanos y hermanas, sino que llevamos la relación de explotación a niveles inhumanos, casi como si estuviésemos orgullosos de ello, y explotamos tanto recursos naturales como la vida de otros seres sensibles (pesca, ganado) como si fuésemos dueños de todo lo que existió, existe y existirá. Somos egoístas y creemos que todo debe ser como lo queremos y cuando lo queremos. Al respecto, Thoreau comenta:
«Al margen de mi particular costumbre, no me cabe la menor duda de que es parte del destino de la raza humana, en su progreso gradual, el dejar de consumir animales, de igual modo que las tribus salvajes dejaron de comerse entre sí cuando entraron en contacto con otras más civilizadas.»
Todos decimos estar en contra de hacer daño a los animales sin una razón suficiente que lo justifique, pero no hay ninguna razón que pueda justificar moralmente la utilización de los animales. Sólo cuando dejemos de explotar a aquellos que decimos respetar, podremos decir con honestidad que estamos consiguiendo un progreso real, que estamos avanzando como sociedad, que de verdad se están dando los cambios y se vislumbra un mejor futuro. En palabras de Edison: «La no violencia lleva a la más alta ética, lo cual es la meta de la evolución. Hasta que no cesemos de dañar a otros seres vivos, somos aún salvajes.»

Ahora les pregunto yo: ¿desean ser parte de esta "sociedad avanzada" que busca proteger los intereses económicos del 1% poblacional?, ¿desean que estas injusticias se repitan día con día por el resto de nuestras vidas y las de nuestros descendientes?, ¿desean ser testigos del horror y la crueldad sin levantar siquiera la voz? Todos cometemos actos innobles en nuestro día a día, creyendo que "no pasa nada", que "nadie lo sabrá", que "todos lo hacen", ése es, precisamente, el problema. Quizá la persona de a lado sea una basura, quizá todos en nuestra familia y nuestros conocidos lo sean, pero nosotros no tenemos por qué serlo. El camino de la rectitud moral es el único digno de recorrer, de otra manera no vale la pena malgastar nuestro tiempo viviendo, siendo otra basura más del planeta, arruinando más lo que ya está arruinado. Han pasado 156 años desde la muerte de Thoreau, y se han dado grandes cambios sociales gracias a sus ideas; cualquiera de nosotros tiene el poder de ser el siguiente Thoreau. «Lo que importa no es que el comienzo sea pequeño; lo que se hace bien una vez, queda bien hecho para siempre.»