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Cómo afecta la pornografía al cerebro

Actualizado: 26 dic 2020



Hablemos de México, el país que ocupa el puesto número uno en embarazos adolescentes. Las cifras proporcionadas por la ENAPEA (Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes) indican que el 48 por ciento de adolescentes no utilizó algún método anticonceptivo en su primera relación sexual, lo que nos lleva a 340 mil nacimientos anuales en madres adolescentes. Es claro que la educación sexual impartida en las escuelas es pésima, y en parte me gustaría culpabilizar al catolicismo y a su puritanismo.


En México se le dice "pipi" al pene, y ni se te ocurra hablar de la vagina, que es cosa del diablo. Se nos inculcan eufemismos para hablar de las partes del cuerpo, imagínense ahora cómo se habla de la sexualidad. Una idea muy difundida acerca del padre o la madre hablándole al hijo acerca del acto sexual es esa historia de la abejita que conoce a otra abeja, la cual le gusta mucho, y se juntan para demostrarse amor, pero ¡eso no explica nada!, y no sé ustedes, mis queridos lectores, cómo haya sido su primer acercamiento a la sexualidad, pero yo jamás tuve "la plática", ni alguna clase de sexualidad en la educación básica, lo más cercano que tuve a una clase de sexualidad fue la unidad de sexualidad dentro de la materia de Educación para la Salud, y eso fue en segundo año de preparatoria, pero para ese entonces ya era un poco tarde. En fin, las estadísticas muestran que dos de cada tres hombres a los catorce años han visto pornografía; eso significa que este es el primer acercamiento a la sexualidad para muchos de nosotros, algo terriblemente dañino y alarmante.


Podemos contrastar nuestro patético caso con el de Países Bajos, en donde la educación sexual comienza desde los cuatro años y, por disposición gubernamental, sigue a lo largo de toda la etapa académica. Es el país con tasas más bajas tanto en embarazos adolescentes como en enfermedades de transmisión sexual (ETS), y tampoco es que a los niños del kínder les digan qué es el pene y cómo funciona la eyaculación, sino que la educación sexual comienza hablando sobre los abrazos, el amor, la amistad, se les inculca el comunicar cuando no están cómodos con que alguien los toque; a los siete años ya pueden nombrar todas las partes del cuerpo y a los once años ya pueden tener conversaciones acerca del sexo seguro, la reproducción y el abuso sexual. La diferencia es que ahí resuelven dudas, no las esconden bajo la alfombra por pecaminosas e impías.

Y bueno, una vez dejado en claro cómo tendríamos que hacer las cosas, veamos el porqué no tenemos que hacerlas como las hacemos. Reiterando, el adolescente promedio ve pornografía antes de tener su primera relación sexual, y esto trae muchos problemas.


Comencemos por el principio. Todo encéfalo (utilizo este término específico porque el "cerebro" solamente abarca los hemisferios cerebrales, pero deja de fuera áreas como el cerebelo o la médula espinal) es único, y con eso no me refiero a que todos somos copos de nieve, especiales e irrepetibles, sino que se va moldeando conforme a las áreas que son más utilizadas; por ejemplo, un artículo publicado en la revista de divulgación científica Scientific American indica que el hipotálamo de los taxistas es más grande que el promedio, debido a que deben utilizar la memoria para recordar tantas calles y referencias. Ese mismo incremento se da en las demás personas, dependiendo de su área de trabajo: las matemáticas, el arte, los idiomas, etcétera, cada encéfalo se desarrolla conforme a su uso, por lo cual ninguno es exactamente igual a otro; podemos imaginarlo como un músculo que ejercitamos.


Ahora pensemos en cómo "ejercita" su encéfalo un adicto, y me gustaría dejar muy en claro que al hablar de adicción no sólo se trata de drogas, sino de actividades perfectamente naturales que se pueden convertir en patologías, como el comer o la sexualidad. Ahora, cuando realizamos alguna actividad complaciente, como ingerir drogas (incluyendo el azúcar y el café) o tener un orgasmo, nuestro encéfalo sintetiza cantidades ingentes, masivas, de neurotransmisores, que son sustancias químicas que excitan o inhiben a las neuronas, conectándose a ellas mediante puntos de unión (parecido a una llave que queda a la perfección con un cerrojo), después (y antes) de esto, sigue un proceso bastante complejo y tedioso que incluye aniones y cationes, canales iónicos, vesículas sinápticas, potenciales de acción y de reposo, conexiones aferentes y deferentes, vías dopaminérgicas, serotoninérgicas, etcétera, pero lo podemos resumir en que: los neurotransmisores nos hacen sentir bien. Por lo tanto, consumir drogas o tener un orgasmo nos hace sentir bien.


El problema es cuando esta actividad se convierte en compulsión, en algo que TENEMOS que hacer. Situémonos en un escenario hipotético: un puberto de doce años empieza a descubrir la sexualidad, las hormonas comienzan a segregarse en su pequeño cuerpo, está cachondo y no entiende por qué, así que, con unos cuantos clics, recurre a la pornografía para poder calmar sus ansias sexuales en un estallido de placer. El encéfalo del puberto ahora conoce una sensación de bienestar nunca antes experimentada y querrá sentir eso de nuevo. Pasan uno o dos días y el puberto incurre en la misma situación. Una adicción acaba de nacer. Y muchas personas no catalogan al sexo como una adicción, pero las pruebas están ahí.

Fuente: Instituto Nacional del Abuso de Drogas (NIDA)

Estudios realizados en usuarios frecuentes (adictos, pues) de cocaína y metanfetamina, mostraron que múltiples áreas cerebrales reducen tanto en actividad como en masa. Un fenómeno biológico que aqueja a los usuarios de drogas son los síndromes hipofrontales, que se producen en el córtex prefrontal (la parte del encéfalo que nos diferencia de los demás animales, en ella se origina la experiencia consciente); este síndrome, a grandes rasgos, significa que el afectado tendrá mayor impulsividad, compulsividad e inestabilidad emocional, por eso un adicto tiende a ser violento y a no pensar en las consecuencias. Lo curioso es que este síndrome afecta a todo adicto, no solo al de las drogas, sino también al adicto a la comida o al sexo. El encéfalo no distingue entre adicciones.


Otro punto importante al momento de tratar el tema de la pornografía es el de las neuronas espejo (el cual traté con mayor extensión aquí), que son neuronas que se activan al ver a otras personas realizar acciones. Gracias a las neuronas espejo existen la empatía, las películas y la pornografía; ellas nos hacen sentir como si fuésemos el protagonista. Es por eso que una adicción a la pornografía (sumándole lo fácil que es acceder a ella) es tan fácil de conseguir, y tan difícil de superar, lo cual me lleva al siguiente punto.


¿Recuerdan que existen neurotransmisores excitatorios e inhibitorios, cierto?, pues cuando consumimos drogas o realizamos cualquier actividad que sintetice neurotransmisores en demasía, nuestro sabio organismo intenta compensar esos efectos sintetizando neurotransmisores opuestos; por ejemplo, si al comer una manzana sintetizo dopamina excitatoria, al comer diez manzanas mi cuerpo sintetizará dopamina inhibitoria, porque los niveles de dopamina de diez manzanas no son naturales, y el cuerpo intenta regresar a los niveles normales. Eso es el síndrome de abstinencia, es tu cuerpo acostumbrado a generar neurotransmisores que compensen cantidades masivas de neurotransmisores exógenos (ajenos al organismo). En otras palabras, si has consumido una droga durante largo tiempo, lo "normal" para tu cuerpo es producir dosis enormes de sustancias químicas que nivelen los neurotransmisores exógenos, y al dejar de consumir la droga, tu cuerpo tarda un buen rato en dejar de producir esos neurotransmisores compensatorios. Ese mecanismo compensatorio es la razón de que la abstinencia surta el efecto contrario a la droga: si consumo alcohol y me hace sentir feliz, mi cuerpo lo intentará compensar con neurotransmisores que me hagan sentir triste; si consumo tabaco y me hace sentir relajado, mi cuerpo intentará compensarlo mediante químicos que me hagan sentir eufórico. Conclusión del síndrome de abstinencia: el organismo siempre intenta estar en equilibrio.

Dibujo de Zdenek Sasek.

Para concluir, la pornografía es perniciosa porque en un país con pésima educación sexual, como México, es el primer acercamiento hacia la sexualidad, lo cual genera falsas expectativas e ideas erróneas; además de que el hábito de consumo puede llevar a la adicción, atrofiando nuestro hermoso y poderoso encéfalo. Y eso que no entré en detalles acerca de la poca regulación laboral, de los pésimos tratos que se dan a las actrices, o lo injusta que es la industria pornográfica, pero pueden escuchar nuestras opiniones al respecto en el podcast, que encuentran en el canal de YouTube, en Spotify y en Google Podcast como @verymadblog ;)



Corrección de estilo:

Lizbeth Islas.



Fuentes de información:



Carlson, Neil, Fisiología de la conducta. Madrid, Pearson, 2005.


Hilton, Donald; Watts, Clark, "Pornography addiction: A neuroscience perspective", National Center for Biotechnology Information, 21 de febrero de 2011, disponible en: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3050060/ (consultado el 24 de julio de 2020).


Instituto Nacional de las Mujeres, "Estrategia Nacional para la Prevención

del Embarazo en Adolescentes", Gobierno de México, 24 de junio de 2020, disponible en: https://www.gob.mx/inmujeres/acciones-y-programas/estrategia-nacional-para-la-prevencion-del-embarazo-en-adolescentes-33454/ (consultado el 24 de julio de 2020).


Jabr, Ferris, "Cache Cab: Taxi Drivers' Brains Grow to Navigate London's Streets", Scientific American, 8 de diciembre de 2011, disponible en: https://www.scientificamerican.com/article/london-taxi-memory/

(consultado el 24 de julio de 2020).


Unoi News, "Educación sexual desde Kínder: el caso de Holanda", Unoi News, 31 de mayo de 2016, disponible en: https://mx.unoi.com/2016/05/31/educacion-sexual-desde-kinder-el-caso-de-holanda/ (consultado el 24 de julio de 2020).

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