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Meritocracia, el mito capitalista que te mantiene trabajando día y noche

Todos hemos escuchado la frase "El pobre es pobre porque quiere" pero no todos sabemos que es mentira, y en este blog profundizaré y desmentiré la meritocracia, esa falacia capitalista que te escupe en la cara y te dice que si tu situación está por la mierda, es porque no te esfuerzas lo suficiente.

Contenido

¿Qué es la meritocracia?

Fuera de serie

Coincidencias

Primero necesito comida

Pero el amigo de un amigo nació pobre y ahora es sugar daddy

¿Qué es la meritocracia?



Sin tantos rodeos, la meritocracia es creer que una persona consigue lo que merece, por mucho o poco que eso signifique; por tanto, el mito meritocrático afirma que Elon Musk es el hombre más rico del mundo porque lo merece y no porque su familia ganó millones de rands (moneda sudafricana) gracias al Apartheid (sistema de segregación racial sudafricano), para después llegar a Estados Unidos, contratar gente mucho más inteligente que él y apropiarse de sus ideas.


Y no estoy diciendo que Elon Musk no es una persona inteligente, porque claro que lo es (tampoco es da Vinci, pero al menos está por encima de la media), sino que NO es la persona que más ha trabajado en la vida. Si la meritocracia fuese real, cualquier padre o madre soltera tendría mucho más dinero que un youtuber cualquiera que sube videos tragando como marrano.



Fuera de serie


Uno de mis libros favoritos es Fuera de serie, escrito por el periodista Malcolm Gladwell, y básicamente es un estudio sociológico dedicado a desmentir la meritocracia. En este libro, Gladwell analiza cientos de casos extraordinarios o "fuera de serie" y cómo es que llegaron al lugar en el que están; algunos ejemplos son Bill Gates, firmas multimillonarias de abogados de Wall Street y Los Beatles.


Sin dar spoilers sobre este excelente libro, Gladwell llega a la conclusión de que aquellos casos de éxito no son porque hayan invertido decenas de miles de horas perfeccionando sus talentos (que claro, tiene mucho que ver, pero no es la única variable que se toma en cuenta y, por ende, el mérito no es definitorio), sino que siempre es un caso particular de coincidencias.


Coincidencias


Y bien, ¿a qué tipo de coincidencias me refiero? Utilicemos el caso del magnate cofundador de Microsoft. Bill Gates, y esto no te lo dice Wikipedia ni ningún otro sitio biográfico, nació en cuna de oro; él ya tenía la vida solucionada hiciera o no algo de ella. En su adolescencia, momento en el que la computación comenzaba a dar grandes pasos, la familia Gates tenía el dinero suficiente para mandarlo a un campamento de verano en donde aprendería a programar, y el pequeño Bill se obsesionó, tanto que, al finalizar el campamento, buscó la manera de seguir practicando. Su madre, quien pertenecía a la junta directiva del Banco Interestatal de Estados Unidos, tenía acceso a computadoras a las que ningún otro ser humano podía acceder, por lo cual permitió que su hijo siguiera programando, hasta llegar a fundar el imperio que es hoy en día Microsoft.


Eso es lo que significa que los casos de éxito sean coincidencias particulares: ninguno otro de los chicos que fue al campamento de verano creó un imperio, porque no tenía una mamá con acceso a tecnología de punta, y esto se repite a lo largo y ancho del libro, muchas veces con coincidencias particulares que abarcan generación tras generación.



Primero necesito comida


Hay experimentos muy lindos y tiernos hechos en gorilas en los cuales al satisfacer sus necesidades básicas, como alimento y vivienda, se comprueba que pueden dejar el lado irracional y salvaje que caracteriza a los animales silvestres y pueden "adoptar mascotas", como conejos o perros. Esto es increíble, porque demuestra que cualquier animal, incluyendo a los humanos, puede preocuparse por desarrollar habilidades inexistentes siempre y cuando sus necesidades más básicas estén cubiertas.


Si algo tienen en común Beethoven, Leonardo da Vinci, Marco Aurelio y Toulouse-Lautrec es que provenían de familias acomodadas, por lo cual pudieron pasar toda su vida perfeccionando el arte de tocar el piano, de dibujar, de filosofar o de pintar, respectivamente. Si ellos hubiesen nacido en el 99% restante que debía preocuparse día a día por encontrar comida, hubiesen muerto sin haber tocado el piano, dibujado, filosofado o pintado siquiera una vez. Aquí regresamos al caso de Elon Musk y Bill Gates, cuyas familias cagaban varo y podían darse el lujo de tener hijos derrochando dinero en proyectos que quizá no iban a despegar.


Pero el amigo de un amigo nació pobre y ahora es sugar daddy


Okay, pero ¿qué me dices de aquellos casos anecdóticos en los que una persona, con sangre, sudor y esfuerzo, salió de la pobreza? Primero, diría que muchas felicidades a tu compa; segundo, diría que una anécdota no es una norma: el hecho de que UNA persona haya salido de la pobreza gracias a que se esforzó toda su perra vida no significa que millones puedan hacerlo, simplemente porque para que unos sean millonarios, el resto debe de ser pobre, esto es la plusvalía, tema que merece su propio blog y en el cual no profundizaré.


Y bueno, ya para cerrar este blog, utilizaré mi caso anecdótico particular lleno de coincidencias puntuales.


Nunca me preocupé por el futuro (que ahora es el presente), simplemente vivía día con día gozando de los privilegios que pocos pueden disfrutar. La educación de la nobleza siempre ha comprendido todo tipo de conocimientos: matemáticas, arte, filosofía, idiomas, historia y ciencias. La nobleza, que hoy en día son los hijos de los empresarios, ha podido pasar largos períodos de sus vidas estudiando, viajando y aprendiendo porque no es necesario que trabajen para sobrevivir, y mi caso fue bastante parecido.


No nací en cuna de oro como Bill Gates, pero sí tuve la fortuna de poder estudiar Música, Letras, Antropología, Física y Psicología, y eso solamente a nivel institucional, por mi cuenta me dediqué a la Historia y a la Filosofía, además de aprender inglés, francés, alemán y chino, y todo el conocimiento que he juntado me ha permitido tener cosas que decir.


Hoy en día, no cualquier persona vive de la escritura, sin embargo, yo gozo de ese privilegio, porque siempre tuve el apoyo para estudiar y derrochar dinero ajeno. En su momento no lo valoré, pero ya en retrospectiva soy consciente de lo privilegiado que fui, y es por eso que quiero poner mi granito de arena y desmentir la meritocracia, porque es un sistema falaz que mantiene a las personas chingándole día y noche, con la esperanza de que un día van a ser recompensadas por tanto esfuerzo, cuando realmente, y esto está respaldado por estadísticas, morirán siendo igual o incluso más pobres.


La meritocracia es un mito capitalista que te lleva a sobreproducir, pero realmente estás llenando los bolsillos de tu jefe, no los tuyos. ¿La solución?, eso es tema de otro blog.

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