Porfirio Díaz: un ser humano más
Actualizado: 26 dic 2020
Me gusta utilizar Facebook como una plataforma de adquisición de conocimientos. Sigo páginas sobre política, filosofía, ciencia e historia, pero hay una en especial sobre la historia de México con un debate eterno: Porfirio Díaz ¿era bueno o malo? Y lo que intentaré explicar en este artículo es que no era ni lo uno ni lo otro, sino que simplemente era una persona como tú y como yo, con sus aciertos y errores. Más allá de eso, una postura maniqueísta —la doctrina del sabio Manes, de quien se cuenta fue el último profeta enviado por Dios y establece que hay dos principios reguladores en el universo: el bien y el mal— es insuficiente para hablar de personas, no somos buenos o malos, sino que somos una escala de grises; a veces somos bondadosos y piadosos, y otras somos egoístas y una verdadera vergüenza para la raza humana. Eso se debe a que somos animales racionales, pero animales al fin y al cabo; tenemos pulsiones, deseos y arranques emocionales que nublan el juicio, y está bien. El general Porfirio Díaz no era diferente de nosotros, así que hoy vengo a hablar de hechos, de realidades concretas, no de opiniones ni de juicios valorativos.

José de la Cruz Porfirio Díaz Mori nació en Oaxaca el 15 de septiembre de 1830, su padre tenía sangre criolla y su madre sangre mixteca, y fue el sexto de siete hijos. Era de orígenes humildes; su padre ejerció como veterinario en el ejército insurgente de Vicente Guerrero durante unos años, hasta adquirir el rango de coronel, luego se mudó a Oaxaca con su esposa, pero falleció debido a una epidemia de cólera morbus, dejando a una familia numerosa a cargo de una herrería y un mesón, negocios que pronto dejaron de ser rentables. Sus hermanas Manuela, Desideria y Nicolasa, se dedicaron a tejer, enmendar ropa y a cocinar postres y alimentos; mientras Petrona, su madre, sembraba nopales; y Porfirio y Felipe, su hermano menor, ayudaban a criar cerdos —sus otros dos hermanos, los gemelos Cayetano y Pablo, fallecieron en su infancia.
Porfirio era un niño inteligente. Aprendió a leer y a escribir en la parroquia de Oaxaca y posteriormente ingresó al Seminario Tridentino, donde estudió física, matemáticas, lógica, gramática, retórica y latín, y era tan bueno en este último saber que daba clases al hijo de Marcos Pérez, un conocido y allegado a Benito Juárez. Eventualmente, conoció a Juárez, en ese entonces gobernador de Oaxaca. Sintió gran admiración por él y su discurso respecto a los derechos del hombre, que decidió cambiar el rumbo de su carrera eclesiástica hacia el derecho. A pesar de ser un excelente estudiante y conseguir la cátedra como profesor, no era suficiente para sostener a su familia; así que también trabajó como bolero, ensamblador de rifles, carpintero y bibliotecario. Es importante recalcar que a pesar de que su familia tenía múltiples negocios, les era imposible subsistir, ya que eso saca a relucir la situación general del mexicano. Como dato curioso, Benito Juárez le dio clases de derecho civil, de 1852 a 1853.
En 1853 se proclamó el Plan de Ayutla, revuelta en contra del presidente Antonio López de Santa Anna, quien estaba a cargo del país por onceava vez, resultando en el exilio de Juárez y el encarcelamiento de Marcos Pérez. Durante ese tiempo, Díaz fungía como mensajero —literalmente escalaba los muros de Santo Domingo, lugar donde estaba preso Pérez— y comunicaba en latín —para que nadie más entendiera— la situación entre unos y otros. Esto lo llevó a ser enemigo del gobierno impuesto y a formar una guerrilla con la cual enfrentó a las fuerzas federales en 1855. Aquí nace su carrera militar.
Díaz continuó con sus logros militares para el bando liberal. Ganó batallas, recibió balazos, detuvo rebeliones conservadoras, fue premiado por el presidente Ignacio Comonfort, y en tres años consiguió los rangos de mayor, coronel y teniente general. Tras la Guerra de Reforma, se postula como diputado federal, comenzando su trayectoria en la política mexicana. Mas no duró mucho en su cargo, ya que Juárez suspendió los pagos de las deudas a España, Inglaterra y Francia, pues el país se encontraba en bancarrota. Se logró firmar los Tratados de la Soledad —básicamente un convenio en donde se ratificaba una exención provisional de pagos para España e Inglaterra—, pero a Francia no le gustó la idea y dio comienzo a la segunda intervención francesa en México.
Napoleón III envió treinta mil soldados a tierra mexicana, y es aquí donde el bando conservador aprovecha la oportunidad y se dirige a Austria, para ofrecerle a Maximiliano de Habsburgo la corona del Imperio mexicano. Díaz fue derrotado, encarcelado y por poco fusilado, pero logró entablar amistad con el barón Louis de Salignac, el encargado de la prisión y quien le permitió escapar. Díaz reorganiza sus tropas y triunfa en múltiples batallas, destituyendo y ejecutando a las autoridades francesas en Oaxaca e instaurándose como gobernador provisional. Carlota, la esposa de Maximiliano, regresó a Europa pidiendo ayuda al emperador de Austria, a Napoleón III y al Papa Pío IX; pero los tres la dejaron en visto. Fusilaron a Maximiliano, y se cuenta que Carlota enloqueció y fue recluida a un castillo en Bruselas, donde murió a la edad de 87 años.

El 15 de julio de 1867, Benito Juárez entra a la Ciudad de México como el presidente de la nación, tras cuatro años de lucha contra la intervención francesa, y da un discurso en el que reconoce a Porfirio Díaz como pieza clave en los acontecimientos recién ocurridos. Lo premió con una división y una hacienda en Oaxaca, conocida como Hacienda de La Noria —en donde años más tarde se proclamaría el Plan de La Noria—. A finales de ese mismo año, se convocan las elecciones presidenciales, resultando ganador Juárez, con 2,344 votos; y Díaz, perdedor, con 785 votos. Fue una derrota que caló hondo en nuestro amigo bigotón. Sin embargo, volvió a postularse para presidente en las elecciones de 1871 —en ese entonces, el cargo se extendía por cuatro años, ya que prácticamente habíamos copiado la constitución estadounidense, y fue Díaz quien la cambió para poder beneficiarse—, esta vez con un tercer contendiente, Sebastián Lerdo de Tejada, el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia, pero Juárez resultó victorioso. Aquí es donde Don Porfirio lanza el Plan de La Noria, llamando a todos los militares del país a la revolución, a luchar en contra de Juárez, bajo la premisa "La reelección indefinida, forzosa y violenta del Ejecutivo Federal ha puesto en peligro a las instituciones nacionales". Por ahí dicen que no muerdas la mano que te dio de comer, pero al parecer nadie se lo dijo a Díaz.
Juárez falleció el 18 de julio de 1872, no por algún conflicto armado, sino por "un calambre dolorosísimo", como le describió a su médico, Ignacio Alvarado, dolor que lo llevó a tumbarse en su cama, de la cual ya no se levantó. Se le diagnosticó "neurosis del gran simpático", lo que hoy en día es un infarto al miocardio. Tras la muerte de Juárez, y la ascensión automática de Lerdo de Tejada como presidente interino, la revolución de La Noria carecía de sentido. Díaz se calmó, pero volvió a postularse a la presidencia un año después, resultando perdedor por tercera vez. Su crisis económica, resultado de la revuelta, le obligó a vender su hacienda y se recluyó en una finca veracruzana dedicada al cultivo de azúcar. Sin embargo, las políticas radicales llevadas a cabo por Lerdo de Tejada —como la expulsión de órdenes religiosas y el aumento de impuestos— no tenía muy contenta a la clase alta, lo cual generó apoyo al movimiento porfirista y su cuarta candidatura presidencial; apoyo que fue reprimido por el gobierno lerdista y que fraguó una bomba de tiempo. Al verse derrotado, Díaz lloró en las elecciones del 10 de marzo de 1876, y durante muchos años se le conoció como "El llorón de Icamole", ya que las elecciones se celebraron en Icamole, Nuevo León.
Estalló una guerra civil en México. Esta vez eran las tropas porfiristas contra las tropas lerdistas, a pesar de que Díaz se había dado por vencido y se había exiliado en Cuba, haciéndose pasar por un médico español. Las tropas lerdistas huyeron del país y Díaz regresó a México el 21 de noviembre para erigirse como presidente provisional. Quién diría que iba a durar 31 años en el mandato.

Durante sus años de mandato, el general Porfirio Díaz hizo muchas cosas buenas y muchas cosas malas, hizo lo que creyó mejor para su país y para sus intereses. Lo cierto es que llegó al poder en épocas de grandes necesidades políticas y económicas, y estabilizó al país, eso sí, mediante un ejercicio militar represivo. Y ya que hablé un poco de su vida, hablemos de su ejercicio político.
Lo primero que hizo al llegar al cargo de presidente constitucional fue impulsar una reforma a la Constitución de 1857, más específicamente al apartado que permitía las reelecciones presidenciales consecutivas; de no haber sido así, hubiese perdido todo el apoyo que ganó durante la Revolución de La Noria. Tras su primer mandato, puso al general Manuel González a cargo del país, ya que no se podía reelegir, aunque Díaz controlaba los movimientos de González. Cuatro años más tarde, Díaz regresó al poder y modificó el artículo 78 de la Constitución, concediéndole la reelección. Luego, en 1890, volvió a modificar ese mismo artículo para poder reelegirse indefinidamente. Todo esto fue gracias a una dictadura represiva, ya que la oposición —las instituciones liberales, mismas que le dieron cobijo años atrás— fue eliminada, al igual que la prensa que se atreviera a cuestionar sus métodos. En México no existía el antagonismo, eran meras ilusiones para mantener sosegada a la población. El pueblo creía que había paz, pero eso era solamente porque él ordenaba que eso se creyera. En realidad había muertes por centenares de indígenas, periodistas, políticos contrarios, y un interminable etcétera. Díaz creía que la paz por la fuerza seguía siendo paz.
México seguía en la bancarrota —ya lo estaba mucho antes de la segunda intervención francesa y esta última no ayudó mucho a la estabilidad financiera—; tenía deudas y hambruna por doquier, y ningún país estaba interesado en invertir en un país lleno de pobres y bandoleros, así que surgió la represión por la fuerza pública y con esta el lema de Porfirio Díaz "Mátalos en caliente". Esto aludía tanto a la oposición política como a bandoleros que perpetuaban la pobreza e inestabilidad económica del país. Hubo estabilidad. Hubo demanda de trabajo. Hubo empresarios interesados en invertir. Hubo desarrollo económico. La Revolución Industrial por fin llegó a México, después de dos siglos. El detalle aquí es que el desarrollo económico solo fue para unos pocos, para la clase alta y para sus amigos, el resto de la población seguía hambrienta, descontenta y reprimida.

El 30 de mayo de 1906 se levantó la huelga en la mina de cobre de Cananea, Sonora, llamada "Cuna de la Revolución"; y el 7 de enero otra en la fábrica de tejidos de Río Blanco, Veracruz, resultando en centenares de muertos y encarcelados, gente que únicamente buscaba un salario digno por el trabajo que realizaban en condiciones deleznables e infrahumanas. Esto sentó un bellísimo precedente, comenzando un nuevo capítulo en la historia mexicana conocido como la Revolución Mexicana, con personajes igual de polémicos que nuestro protagonista. Pero en fin, hablemos de los logros y perfidias del general Díaz durante su mandato.
*Se construyeron cerca de 20,000 kilómetros de vías férreas hacia la frontera con los Estados Unidos "para facilitar el comercio", que en realidad yo lo veo más como regalar nuestros minerales de valor, como el oro y la plata.
*Se extendió el correo y el telégrafo a lo largo y ancho de la nación, al igual que los periódicos, revistas y libros.
*Se fundaron bancos. Se centralizaron las finanzas gubernamentales. Se regularizó el cobro de impuestos y se redujo la deuda externa.
*Los recursos petrolíferos se explotaron mediante inversión extranjera —dinero que iba directo al extranjero—, relegando el control del petróleo a empresarios estadounidenses —al igual que el de la red ferroviaria.
*Se establecieron muchas empresas francesas y estadounidenses. Se construyeron grandes empresas de tejidos en Puebla y Veracruz. La ganadería en Yucatán aumentó considerablemente y en Morelos y La Laguna hubo vastas producciones de henequén, caña de azúcar y algodón.
*Se despojó a los campesinos de sus tierras, con el pretexto de que los inversores extranjeros les concederían trabajo —mal remunerado y precario— en sus fábricas y empresas.
En general, se ganó el respeto de las naciones extranjeras, ya que se pudo consolidar como una figura de autoridad en épocas de incertidumbre política, lo cual facilitó la inversión y ayudó a equilibrar al país.

Como comenté al principio, Porfirio Díaz fue un simple humano, con sus fallas y aciertos. Llegó al poder cuando México atravesaba tiempos muy difíciles, y dudo que otra persona lo hubiera hecho mejor. Era una persona inteligente, y sabía que su gobierno había caído en una dictadura militar, pero creía que era por el bien de la nación. Enriqueció a sus amigos, fusiló a sus opositores, cometió varios genocidios indígenas —yaqui y maya—; prohibió los partidos políticos que no fuesen porfiristas, pero también creó una nueva clase social, la clase media. Dio prioridad a la cultura y educación, erigiendo teatros, monumentos y universidades. Restableció lazos económicos con naciones como Estados Unidos y Francia, y trajo paz a una nación que había estado en guerra, ya sea física o ideológica, durante siglos. Porfirio Díaz era una persona intentando vivir su vida lo mejor posible, y categorizarlo dentro del concepto binario del bien y del mal es caer en un reduccionismo. La mente humana es compleja, y todos tenemos derecho a equivocarnos, porque ni Porfirio Díaz ni Jesús eran perfectos, así como ni tú ni yo lo somos. Lo único que podemos hacer es intentar llegar al fin de nuestros días sin haberla cagado mucho.
Corrección de estilo:
Lizbeth Islas.
Fuentes de información:
Wikipedia, Porfirio Díaz, Wikipedia, disponible en: https://es.wikipedia.org/wiki/Porfirio_D%C3%ADaz
msn noticias, 15 datos que no sabías sobre la dolorosa muerte de Benito Juárez, msn noticias, disponible en: https://www.msn.com/es-mx/noticias/mexico/15-datos-que-no-sab%C3%ADas-sobre-la-dolorosa-muerte-de-benito-ju%C3%A1rez/ss-BB11g3WI#image=20
Fernández, Ruiza M. y E. Tamaro, Porfirio Diaz, Biografías y Vidas. La enciclopedia bibliográfica en línea, disponible en: https://www.biografiasyvidas.com/biografia/d/diaz_porfirio.htm
Bully Magnets, ¿Quién fue Porfirio Díaz? - TRINO con Historia Bully Magnets, disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=B3MhxMj1H_A