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Tepoztlán, pueblo mágico


Tepoztlán es un pueblo mágico, pero no por las razones que usualmente se le atribuyen. Un "pueblo mágico", según el Gobierno de México, es "un sitio con símbolos y leyendas, lugares que muestran identidad nacional en cada uno de sus rincones", pero vamos, que eso es simple mercadotecnia, una forma de atraer gringos y whitexicans. Al gobierno de México le importa un carajo la identidad originaria de los pueblos, lo que quiere es dinero, y es precisamente por eso que Tepoztlán o, mejor dicho, algunos lugares de Tepoztlán, son mágicos.


Tepoztlán, lugar de resistencia


Primero, debemos entender cómo funciona la política en Tepoztlán, ya que es muy diferente a lo que vivimos en la urbanización, en los tristes y cadavéricos bloques de cemento.


En las bellas tierras de Tepoztlán no existe la tierra privada, sino que es regida por un grupo de comuneros que, idealmente, decide quién puede y quién no puede hacer uso de esas tierras; la gente se reúne cada cierto tiempo y decide el destino del pueblo, a diferencia de lo que hacemos en la ciudad: esperar a que los partidos políticos nos muestren a sus títeres y escoger el que se vea menos chafa.



Sin embargo, este grupo de comuneros muy recientemente se volvió corrupto, pues llegó FEMSA a ofrecer "inversión" y "trabajos", y, bajita la mano, les dio su dinerito para que los dejaran ampliar la autopista La Pera-Cuautla y poner un Oxxo, a lo que el pueblo respondió "No nos estamos muriendo de hambre" y "Solamente van a llenar de basura".


Y no fue el único caso, ya que este grupo de comuneros, liderados por Lucio Cuevas Romero, estuvo vendiendo tierras al mejor postor, y, en respuesta, la gente los destituyó de los cargos, pues se les olvidó que estaban para servir a su gente y no a sus intereses.


Fuente: Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán

Y es por esa razón que Tepoztlán es un pueblo mágico, porque las calles están llenas de la leyenda "Tepoztlán no se vende, se ama y se defiende", y es algo que se ha olvidado en las ciudades.


La gente está tan acostumbrada a la intervención federalista que cada seis años reza porque "este sí sea el bueno, el que va a cambiar las cosas", cuando el poder de cambiarlas siempre ha estado en nuestras manos, lo que pasa es que nos encanta delegar responsabilidades y decir que "el país es un asco por culpa de los políticos", pero ellos están en el poder porque, gracias a una mezcla de flojera e irresponsabilidad infantil, lo permitimos.


Ojalá el caso de Tepoztlán sirva de precedente para recordarle a los whitexicans de la esfera política que no por haber hecho una maestría en Harvard y haber vivido a costas del dinero del pueblo, son intocables, que sus nexos con el narco no siempre los van a proteger, mensaje que buena falta le hace a la familia Estrada, aquí en Cuernavaca.

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